La salud conductual -un problema complejo y polifacético- ha quedado relegada a un segundo plano frente a la salud física durante bastante tiempo. Sin embargo, la salud mental ha pasado a encabezar la lista de prioridades estratégicas de muchos planes y organizaciones de proveedores. Estas organizaciones reconocen ahora el tremendo impacto de la salud mental en los resultados clínicos y en el coste global de la atención, especialmente a medida que las importantes inversiones en el ámbito de la salud mental y los mayores esfuerzos de investigación clínica han provocado un mayor reconocimiento de la importancia de abordar la salud mental.
A pesar del gran interés que suscita este ámbito, aún queda mucho por hacer y se desconoce cuál es la "solución" óptima. Creemos que hay cinco pasos clave para resolver este reto:
- Reconocer y aceptar que la salud conductual es importante y que abordarla puede tener una enorme repercusión para los pacientes, los proveedores y los pagadores.
- Reconocer que no hay "una solución correcta" y pasar a un enfoque de "conjunto de soluciones".
- Reunir el conjunto de soluciones adecuado para satisfacer todas las necesidades de la población de pacientes
- Asignar a los pacientes la solución o soluciones terapéuticas óptimas y garantizar la participación y el acceso a soluciones asistenciales de alta calidad.
- Desarrollar sistemas y procesos para supervisar la dinámica de las condiciones y realizar ajustes en tiempo real en la solución seleccionada.
En una próxima serie de artículos, exploraremos con más detalle estos cinco pasos en el camino hacia la solución de la salud conductual. En este artículo, exploramos los dos primeros de estos pasos críticos
