Llamamiento a todos los padres agotados: 5 maneras de recuperarse y recargar pilas

Una mañana normal en mi casa suele consistir en lo siguiente: enviar un aluvión de correos electrónicos que debería haber enviado el día anterior. Preparar una caja bento llena de alimentos nutritivos que mi hijo de 7 años no se comerá. Cepillar rápidamente el pelo enredado. Y, por último, apresurarme para que todos salgamos a las 8 de la mañana.

Ser padre es un trabajo agotador. Si eres como yo, te sientes agotado la mayor parte del tiempo.

Oímos hablar mucho de la palabra agotamiento. Se utiliza en todos los ámbitos, desde los títulos de los libros más vendidos hasta los artículos clickbait. La Organización Mundial de la Salud incluso lo ha declarado recientemente un problema médico. Lo define como "un síndrome... resultante del estrés laboral crónico que no se ha gestionado con éxito".

Pero mientras que el agotamiento se asocia normalmente a las formas tradicionales de trabajo, un creciente número de investigaciones está empezando a arrojar luz sobre otro tipo relacionado con el desempeño laboral: el agotamiento parental.

¿Qué es exactamente el agotamiento parental?

Según las investigadoras belgas Isabelle Roskam y Moïra Mikolajczak, el agotamiento parental es un trastorno psicológico que se produce "cuando el estrés parental desborda de forma grave y crónica los recursos de los padres para hacerle frente".

Roskam y Mikolajczak encabezaron la investigación que ayudó a definir y medir el agotamiento parental. Descubrieron que a menudo progresa por etapas, con cada uno de los siguientes cuatro síntomas principales que se acumulan unos sobre otros:

• Primero: Los padres sienten una abrumadora sensación de agotamiento.
• Segundo: Para preservar su energía, los padres se distancian emocionalmente de sus hijos.
• Tercero: Los padres ya no disfrutan con sus hijos ni se sienten realizados como padres.
• Cuarto: Los padres ya no se ven a sí mismos como los padres que solían o querían ser. Esto puede provocar sentimientos de angustia, vergüenza y culpabilidad.

Aunque sentirse quemado como padre o madre puede parecer profundamente solitario, tenga la seguridad de que no está ni mucho menos solo. El agotamiento parental es un fenómeno mundial. Y los padres estadounidenses experimentan algunas de las tasas más altas.

Roskam y Mikolajczak señalan que los siguientes factores pueden aumentar las probabilidades de desarrollarla:

• Perfeccionismo
• Dificultad para gestionar las emociones y el estrés.
• Apoyo inadecuado de los padres
• Dificultad con las habilidades parentales
• Ser padres de niños con necesidades especiales
• Trabajar a tiempo parcial o ser padre o madre que se queda en casa

Si no se aborda, el agotamiento parental puede empeorar. También puede provocar otros problemas de salud, como trastornos del sueño, y problemas de relación entre padres e hijos.

5 maneras de recuperarse (o prevenir) el agotamiento parental

¿Se siente agotado? ¿Culpable? ¿Insatisfecho? No importa en qué fase de agotamiento parental se encuentre, estos consejos aprobados por terapeutas pueden ayudarle.

Abandonar la perfección

Ser padres es un lío. Y siempre lo será. "Exigirte a ti mismo un estándar poco realista es prepararte para el fracaso", dice Hayley Quinn, PsyD, Gerente Senior de Experiencia Clínica de Producto en AbleTo. "Puede hacer que veas las cosas como perfectas o todo mal mientras te pierdes el término medio".

Si notas que estás siendo duro contigo mismo, Quinn recomienda tomarse un respiro y reflexionar sobre lo que va bien. O en lo que has tenido éxito.

También puede ser útil hacer una lista de los valores fundamentales que tienes como padre.

"Los valores son distintos de los objetivos", dice Quinn. "Son algo hacia lo que siempre te estás moviendo. No algo que 'consigues'". Siempre que sientas que te has quedado corto, revisa estos valores para recordar qué es lo más importante para ti. Después, piensa cómo puedes dar un pequeño paso hacia ellos.

Y no nos fijemos en los errores. Es importante que nuestros hijos vean que podemos asumir nuestros defectos y recuperarnos. Así que, la próxima vez que no consigas ser el padre "perfecto", recuerda que dar ejemplo de resiliencia es algo hermoso.

Recargar energías y reagruparse

Es fácil creer que debemos dejar de lado todas nuestras necesidades para ser padres. Pero eso no es cierto. De hecho, puede jugar en tu contra.

"A menudo me encuentro con que si los padres no pueden hacerse un espacio para sí mismos, la mente/el cuerpo pondrán el piloto automático y lo harán por ellos a través del agotamiento u otros síntomas de salud física y mental", dice Quinn. "Animo encarecidamente a los padres a conectar consigo mismos, ya sea a través de un hobby o de un tiempo de reflexión personal".

Sabemos que no siempre es posible (ni fácil), pero ayuda dar un toque de atención cuando te sientes cansado. Pide apoyo. Duerme una siesta. O simplemente tómate un breve descanso.

Mejor aún, incluye "tiempo para ti" en tu rutina diaria. Escribe lo que piensas hacer para ti y cuándo piensas hacerlo. Después, comprueba cómo influye en tu forma de criar a los hijos y cómo te sientes.

"Incluso si el impacto es que no se produjo el caos, es un buen recordatorio de que el tiempo personal no significa que tu familia vaya a sufrir", dice Quinn. "Como mucho, te ayuda a tener una interacción más fuerte y positiva con ellos cuando vuelves".

Aproveche su comunidad

Sabemos que esto puede ser complicado, pero considera la posibilidad de pedir apoyo. ¿Pueden tu pareja o tus familiares dar un paso más? ¿Podría otro padre llevar a tu hijo al colegio? ¿O quedar para jugar? ¿Te permite tu presupuesto pagar una guardería?

"Simplemente trabajar en la habilidad de pedir ayuda puede construir buenas habilidades de crianza", dice Quinn. "Y te prepara para un momento en el que pueda haber más ayuda disponible".

¿Otra forma de sentirse apoyado? Ponerse en contacto con otros padres, en persona o por Internet. Ellos pueden ayudar a validar y normalizar los desafíos que vienen con la crianza de los hijos, dice Quinn. "Saber que no estás solo en la lucha puede ser increíblemente útil".

Encontrar momentos para la atención plena

"Hacer algo que te lleve al momento presente puede calmar tanto tu cuerpo como tu mente", dice Quinn. "Y puede ser tan sencillo como respirar hondo durante el día".

Pruébalo ahora:

Respire hondo varias veces. Reconocer que es un trabajo duro. A veces, es un trabajo muy duro y no estamos en nuestro mejor momento. No pasa nada. Y es normal. Eres humano. Y estás aquí porque te importa profundamente tu papel como padre. Siente compasión por ti mismo. Lo mismo que sentirías por un amigo. Siéntate con ese sentimiento por un momento. Luego llévalo contigo a lo largo del día.

Busque la ayuda de un experto

A veces todos necesitamos más apoyo. Y los terapeutas están capacitados para ofrecerlo.

"Si te sientes estancado o desesperanzado, un terapeuta puede ayudarte a interrumpir el ciclo del agotamiento", dice Quinn. Eso incluye identificar y priorizar formas realistas de cuidar de uno mismo.

Un terapeuta también puede ayudarte a descubrir esos valores de crianza que hemos mencionado antes. Con su ayuda, puedes aprender a vivir esos valores en tu vida diaria.

Por último, un terapeuta puede ayudarte a examinar tus creencias y patrones de pensamiento y a obtener una nueva perspectiva cuando te resulte difícil hacerlo por ti mismo.

Además, la terapia conversacional funciona de verdad. Las investigaciones demues tran que tanto las sesiones individuales como las de grupo reducen los síntomas de agotamiento parental en un 37%, las emociones negativas en un 29% y aumentan los sentimientos positivos de los padres en un 18%.

Lo estás haciendo muy bien.

No existen los padres perfectos (a pesar de lo que las redes sociales quieran hacernos creer). A todos nos cuesta a veces. Recurre a estas herramientas cuando te sientas agotado. Estaremos aquí para ayudarte en el camino.