Algunos días sacan lo mejor de nosotros. El tren llega tarde. Hay un examen sorpresa en clase. Tu jefe está decepcionado. La lista es interminable. Puede ser difícil sentirse feliz cuando parece que hay tantos factores en nuestra contra.
¿La buena noticia? Hay una forma fácil de mejorar tu estado de ánimo que está completamente bajo tu control. Y, giro argumental, implica mejorar primero el de otra persona.
Todos tenemos alguna anécdota sobre cómo ser amable con alguien nos hizo sentir bien. Ahora, la ciencia empieza a ayudarnos a entender por qué.
Mediante imágenes cerebrales, los investigadores descubrieron que recibir dinero aumenta la actividad del sistema de recompensa del cerebro. La misma zona del cerebro que libera sustancias químicas que nos hacen sentir bien cuando nos estimulan la comida o el sexo. Pero eso no es todo. Donar a una organización benéfica también tuvo el mismo efecto. En otras palabras, tanto dar como recibir amabilidad puede producir un subidón natural.
Sé lo que estás pensando: "Si tienes dinero para donar, ¡claro que donar dinero sienta bien!". Pero la cuestión es que no hace falta gastar dinero para cosechar los beneficios de ser amable.
Tomemos como ejemplo este estudio británico. Estos investigadores descubrieron que cuando las personas de entre 18 y 60 años realizaban actos de bondad al azar todos los días durante 10 días, declaraban una mayor satisfacción vital que quienes no lo hacían. Bondad: Todos salimos ganando.
Comparte el amor
En aras de la bondad, he aquí 7 formas sencillas de repartir alegría y, a su vez, sentir esa alegría tú mismo.
Dile a alguien que está haciendo un gran trabajo
Desde dejar una nota de agradecimiento al cartero hasta escribir una reseña en Yelp sobre un camarero estupendo, darse cuenta del trabajo que hace alguien y darle las gracias puede suponer una gran diferencia en su día.
Deja que otro vaya primero
Reducir la velocidad suele abrir oportunidades para ser amable. Por ejemplo, dejando que un coche se cruce delante de ti en un atasco. O dejar que una persona con menos artículos en el supermercado pague antes que tú. Hay innumerables formas en las que ser un poco paciente puede marcar la diferencia para otra persona.
Dar algo más que dinero
¿Qué tienes que puedas regalar? Considera la posibilidad de llevar contigo artículos como barritas de cereales o calcetines nuevos que puedas regalar a personas sin techo. O bien, empaqueta artículos de aseo usados que aún estén en buen estado, como toallas y sábanas. Muchos refugios de animales aceptan sábanas viejas para mantener calientes a sus animales.
Elogie a alguien
Es humano pensar que cuando alguien te mira, te está juzgando. Dale la vuelta a esta percepción. La próxima vez que te guste el estilo de un desconocido, díselo.
Hacer las tareas de otra persona
Ya sea un compañero de piso, un familiar o un colega, todo el mundo se siente abrumado. A veces, simplemente hacer algo pequeño, como fregar los platos, cuando no es tu turno puede ayudar a otra persona a recuperar el aliento.
Ofrezca su tiempo
Todo el mundo necesita un descanso de vez en cuando. Si conoces a alguien con niños o mascotas, ofrecerte gratis para cuidar de ellos puede ser de gran ayuda. También puedes ser creativo a la hora de ofrecer tu tiempo. Ayuda a alguien a limpiar su armario, a desherbar su jardín o incluso a cambiar de casa.
Póngase en contacto
Muchas personas influyen en nuestras vidas sin que lleguemos a conocer realmente su impacto. Si hay un antiguo profesor, entrenador o amigo que cambió tu vida, envíale un mensaje de gratitud. Podría ser exactamente lo que necesitan ese día.
La bondad engendra bondad
Al fin y al cabo, no hace falta mucho dinero ni mucho tiempo para mostrar amabilidad. A veces, puede ser tan sencillo como establecer contacto visual, saludar o simplemente ofrecer una sonrisa.
Si alguien no te devuelve el saludo ni te expresa su gratitud, no pasa nada. Pasa a la siguiente oportunidad. La amabilidad tiene un efecto dominó. Si sigues expresándola, seguirá volviendo a ti.
Por Giselle Alexander, LCSW, Asesora del Programa AbleTo
Giselle Alexander es una trabajadora social clínica licenciada con más de 15 años proporcionando psicoterapia culturalmente apropiada y servicios sociales a individuos y familias. Recibió su licencia clínica para proporcionar psicoterapia en 2010. Su formación y experiencia provienen de un fondo variado de trabajo en la comunidad de salud mental, servicios sociales, y la práctica privada con las personas y familias que luchan con la enfermedad mental grave y persistente, la ansiedad, la depresión, la discapacidad grave, y al final de las transiciones de la vida. Cuando no está en contacto con sus clientes, le gusta estar al aire libre, bailar, cocinar y pasar tiempo con su familia y su perro de rescate, Maggie.
Revisado clínicamente por Sarah Dolling, LPC, Productora de Contenidos Clínicos en AbleTo.
Fotografía de PeopleImages/iStock. Las personas que aparecen en las fotografías no representan a los participantes de AbleTo.